jueves, 2 de abril de 2009

CORAZÓN


El corazón se despereza de esta quietud invernal, triste, apagado, casi sin vida es así como llega a la primavera, bendita esta, que viene con la fuerza de un huracán, arrasando todo lo que encuentra a su paso, corazones jóvenes, desbocados por la inexperiencia que provoca, el primer sentimiento de que algo fluye en su interior, algo que les hace rebelarse al tiempo que pasa implacable, y que poco a poco irá apagando el éxtasis provocado por tan exuberante estación. Corazones maduros, necesitados de sentirse vivos, imposible querer ser joven, pero no por ello dejar de intentarlo, la vida es para el que la trabaja, el corazón necesita trabajar, sentir que también siente, tenga la edad que tenga, hay que modelarlo, domarlo, y controlarlo, así es como se puede llegar a la plenitud absoluta, que no a la felicidad, ya que la felicidad absoluta no existe, dependemos de tantas cosas, no podemos manejar nuestro presente, ni mucho menos nuestro futuro. Por eso vivamos el presente, sintamos el presente, gocemos del presente cada día, con los que tenemos mas cerca, que son al fin y a la postre, los que de verdad nos quieren, y quieren lo mejor para nosotros.

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